viernes, 27 de noviembre de 2015

Desafío de doma clásica 2015




Esta Navidad se celebrará un Desafío de Doma Clásica entre el Centro Ecuestre La Hípica y la Yeguada Riaza en el Nordeste de Segovia.

Los jinetes y amazonas de estos dos centros hípicos de referencia en esta zona de Segovia se enfrentaran los días 27 de diciembre en Grajera y el día 3 de enero en Riaza. 

La prueba de Doma tiene dos niveles. Cada nivel se corresponde con una reprise (un ejercicio fijado) que hay que ejecutar, combinando diversos ejercicios al paso, trote y galope. Para presentarse a esta prueba hay que entrenar la reprise correspondiente, estandarizadas por la Real Federación Hípica Española. En cada Jornada, un juez de la Federación puntúa a los binomios, entregando el resultado de la prueba, con los fallos o puntos a mejorar del jinete y/o caballo, por escrito. Las reprise correspondientes a los dos niveles son:
Información práctica
  • La preinscripción se hace a través de las hípicas participantes. 
  • Horario: a partir de las 10:00 horas
  • Tras las pruebas habrá una comida. Es necesario reservar. 
  • Precio inscripción y comida: 10€ inscripción y 15€ comida
  • Dirección Centro Ecuestre La Hípica: Ctra. De Fresno, s/n 40569 Grajera Segovia. Como llegar
  • Dirección Yeguada Riaza: Ctra. Riofrío Km 2 (Riaza) Segovia. Como llegar



lunes, 23 de noviembre de 2015

Mi experiencia a Caballo por Miguel Martín Raya




Me pide mi maestro en el mundo ecuestre, Ángel, que haga una entrada para su blog contando mi relación con el mundo del caballo. ¿Cómo explicar un sentimiento?


Mi relación con este mundillo, que no había pasado por más que unos veranos con dos machos viejos que tenía mi abuelo, los cuales si quería montar, tenía que llevarlos a estacar a alguna tierra y de vuelta andando a casa, hasta la tarde que era la misma operación a la inversa, ir donde los había dejado por la mañana y a casa montado. Dos mulas que se sabían las tierras mejor que yo. Resumiendo que eran ellas las que me llevaban a mí. Pero me daba igual, ahí estaba yo subido en mi jumento, con el ramal metido a los dos lados de una cabezada de cuadra, un saco de pita por montura, una gorra de Biona o de Pascual por sombrero, y un palo metido por la cinturilla del pantalón corto a modo de pistola, fantaseando que era el mismísimo Lucky Luke a lomos de Jolly Jumper (soy un pobre cowboy solitario, y estoy lejos de mi hogar) Las mulas se murieron y en ese mismo momento se acabaron mis andanzas por el lejano Nordeste de Segovia.

Hasta que entró ella en mi vida, como un huracán, dando la vuelta a todo, enseñándome a disfrutar de los pequeñas placeres que tiene la vida, esos que vas perdiendo con las largas jornadas de trabajo, la apatía, y el estancamiento generalizado de en una vida pseudo acomodada. Esas cosas que tiene que venir alguien como ella a descubrirte.

- ¿Por qué no vienes un día a montar a caballo?

- Vale pero solo si tu vienes a montar en moto.

Con la vitalidad y decisión que le caracteriza, fue a montar en moto. Yo no podía hacer menos que montar a caballo.

Que miedo el primer día, aquello no hacía más que moverse entre mis piernas, no había quien se estuviera quieto en la montura. Que paseo; movía la cabeza, movía la cola, daba pequeños trancos de trote, iba por donde le daba la gana…. ¿es que esto no va a acabar nunca? ¿Cuándo se va a estar quieto?

- ¿Qué tal el paseo?

- Divertidísimo ¿Cuándo repetimos?

- El finde que viene si quieres, ya sabes que yo monto todos

- ¿Para qué abriré yo la boca? ¿No estaré más guapo callado?

Sin que se enterara ella…

- Ángel, esto no es para mí, no hay quien lo maneje.

Con la simpatía selectiva que le caracteriza a mi gran amigo

- ¡ Vengaaa ! Si eres capaz de llevar ciento y pico caballos en una moto, esto es solo uno, no seas blandito.

Reveladoras palabras, que para cualquier hombre son iguales a un “No hay güevos”.

Y así poco a poco, primero alargando los paseos, ¡Qué bien parece que esto se mueve menos! Luego alguna galopada descontrolada, ¡Esto se empieza a mover otra vez mucho! Creo que vamos empeorando en vez de mejorando, romería al Cristo del Corporario (ha pasado algún tiempecito y me siento mucho más cómodo encima del caballo), salida nocturna a Sepúlveda (otra vez empeoran las cosas, cuatro horas seguidas a caballo de ida y otras cuatro de vuelta, una ruta muy bonita, pero me paso tres días que no me puedo sentar), raid (diez kilómetros a trote controlado, no parece difícil, lo peor, es la primera vez que me encuentro totalmente solo en medio del campo, que miedo ¿Cuál será la reacción de mi caballo?), empezar a salir solo ( por fin me hago con un caballo “propio”, creo que Ángel va teniendo más esperanzas en mis dotes como jinete y empiezo a salir solo o con otros compañeros sin que este el), y entre medias un gran número de broncas “del profe” (coloca la pierna, siéntate bien que pareces Sancho Panza, suelta la cadera, echa los hombros para atrás, esas riendas… etc.). Aumenta el grupo de conocidos, lo que primero eran unos trancos temblorosos, ahora son; divertidos paseos con los compis, excursiones y largos vermuts. 

Casi sin darme cuenta y tras año y medio, llega el gran momento.

- El viernes que viene hay un encierro ¿Te apuntas?

- ¿Qué dice este loco, un encierro? ¿Qué le digo yo?

Piensa Miguel, piensa rápido una excusa buena.

- Sabes que no puedo ir con mi caballo.

- No importa, yo te dejo uno.

- El viernes no sé si me dará tiempo.

- Es por la tarde, yo lo preparo todo, según llegues de Madrid al coche.

- No sé si estoy preparado para eso.

- Yo creo que si, al fin y al cabo es poner al galope un caballo, y eso sabes. (¿Es que tiene salida para todo? ¿No le vale ninguna excusa? ¡En que lio me estoy metiendo!

Va pasando la semana y los nervios se incrementan. El miércoles recibo un mensaje de Ángel, (recuerda que hemos quedado el viernes para el encierro). Parece que esto va en serio no se le ha olvidado. El viernes a primera hora de la mañana otro, (estoy preparando todo ¿A qué hora llegas?). Ya no hay marcha atrás.

Llego a Grajera y nos vamos al encierro, el camino trascurre entre chascarrillos y típicos cotilleos de caballista, creo que me está haciendo el viaje ameno para que no me lo piense mucho, llegamos al sitio ubicamos el van y nos vamos a comer, la comida sigue por los mismo derroteros, risas bromas.

- Bueno ya es hora de preparar los caballos, pero antes te voy a invitar a una copa, que veo que si no, no te montas. Que psicología, estoy más que cagado, tiene razón, no quiero montar, pero ya que he venido hasta aquí lo tendré que hacer. Preparamos los caballos (a mí no me sujetan las piernas).

- Ángel creo que yo no voy.

- ¿Qué no vas? Anda súbete al caballo y tira.

- Que no, que estoy muy nervioso.

- Vamos a ver, es solo poner al caballo al galope, y voy a estar siempre a tu lado, ¿Crees que te hubiese traído si no supiera que eres capaz? Llegamos a la salida y las malas noticias continúan.

- Ahora cuando salgan, nos pegamos a los toros. (Pero…. ¿Este tío qué dice? Si lo sé no le dejo tomarse el chupito).

- Yo no me pego a nada.

- Bueno pues tienes dos opciones, ya no te puedes ir, o haces lo que yo te digo que es lo seguro o haces lo que te dé la gana, ya eres mayorcito. Bueno tendré que hacerle caso, hasta ahora me ha ido bien haciéndoselo.

- ¡Ya salen! Tu siempre pegado a mí y no te preocupes.

Empieza la galopada, pierdo las gafas un guante me sube la adrenalina hasta niveles incontrolables, y casi sin darme cuenta hemos terminado.

- ¿Qué tal?

- Una pasada, deseando repetir.

Solo queda agradecer a dos grandes personas mi entrada en el mundo hípico:

Ángel por ser de quien he aprendido todo lo que se en este mundo y espero que siga enseñándome, no llegaré a ser nunca Pablo Hermoso de Mendoza ni tan siquiera Lucky Luke, pero ya puedo decir que gracias a él me mantengo encima de mi caballo.

Alba por engancharme a esta “droga” y ser la persona con la que espero y deseo compartirla siempre.







viernes, 13 de noviembre de 2015

Ruta a Turrubuelo (Boceguillas)


Hoy os traemos una fotitos de una ruta que hicimos el fin de semana pasado en la cual fuimos desde La Hípica hasta Turrubuelo (Boceguillas).

Gracias a todos chicos.










martes, 10 de noviembre de 2015

Mis emociones con coaching con caballos



Hoy, en el curso infantil de equitación que imparto con Ángel en La Hípica, ha tocado la sesión de “relación con el caballo”. La tenía preparada desde hace tiempo, la había mimado mucho, cuidando detalles y eligiendo bien el momento y al animal. 

En noviembre recibí un curso de coaching con caballos que me dejó tan encantada que sabía que probaría pronto alguna de las actividades aprendidas. Ha sido algo muy sencillo, “sólo” tenían que conseguir que el caballo les siguiera. Sin ramal, el caballo suelto en un picadero. Han sido seis niños de 5 a 9 años los que, cada uno en su turno, se han acercado al caballo y han conseguido que por unos instantes el caballo sólo estuviera atento a ellos, a sus pasos, a su dirección y a su ritmo. 

Hay que estar muy atenta, pasa tan rápido que si estás distraída no lo ves, pero yo no les he quitado ojo y lo he visto. He visto esos segundillos de felicidad infinita que han sentido, esos segundillos en los que Tordilllo ha sido suyo. Se ha dejado guiar, les ha seguido, se fiaba, se han mostrado de tal manera delante suya, con el liderazgo necesario y con la humildad del que sabe que tiene delate a un ser de naturaleza completamente distinta a la suya y que no sabe qué va a pasar, que el caballo ha caminado detrás suya haciéndoles líderes, devolviéndoles un poco del amor que ellos le habían entregado en el primer acercamiento para hacerse amigos antes de echar a andar en alguna dirección. 

Como digo, es un ejercicio muy sencillo, pero hoy esos niños ya no son lo que eran ayer. Y ese caballo tiene el cariño de 6 niños a los que ha hecho feliz. Todos hemos crecido hoy un poco más con este “juego”. Para mí ha sido increíble, aun escribiéndolo se me eriza la piel. 

A nivel ecuestre es muy rico fomentar la relación con el animal pie a tierra. Además, en esta ocasión hemos elegido a un potro de 6 años para que los niños comprobaran que cuando a un caballo se le aplican las 2 o 3 reglas de oro responde como los demás. 

A nivel educativo es un ejercicio muy potente. Ver cómo cada uno se acerca al caballo a su manera, le toca o no, le habla o le susurra, le mira a los ojos o mira al suelo, le espera al caminar o toma la decisión de caminar sin dudas, ver si el niño insiste y vuelve a por el caballo o si se rinde porque no se ve capaz. Se pueden sacar multitud de formas de enfrentarse a los retos, de proyecciones, de maneras de entender las relaciones. 

El mundo de los caballos es apasionante. Compartirlo para crecer juntos es una experiencia que nos cambia profundamente. 

Gracias, de corazón.










viernes, 6 de noviembre de 2015

Capea con los chavales de la comarca.


Aquí os dejamos algunas de las fotos de la ultima capea que realizaron los chavales de nuestra comarca en las instalaciones de La Hípica.

Queremos dar las gracias a Alex y a Aarón por organizar la capea y poder juntar a tanta gente de tantos pueblos diferentes. Y, por supuesto, a todos los participantes.

Esperamos veros pronto en nuestras instalaciones.