viernes, 6 de mayo de 2016

Crónica del curso "creciendo con el caballo" por Marta Barrio




El pasado domingo hicimos nuestro humilde curso sobre la equitación como disciplina para entender una relación.

Cuando digo que la equitación nos hace ser más humanos es porque esta “herramienta” nos ayuda a conocernos más, y así quedó reflejado en los ejercicios que planteé para los asistentes al curso.

Pudimos comprobar cómo se dan las tres distancias que marcamos para con los caballo y para con las personas, yo-yo, yo-tú y yo-él. 

Los participantes hicieron diferentes juegos con el caballo y fueron reflejando las emociones y los sentimientos que se despertaban con cada uno. Juegos tanto pie a tierra como encima del caballo.

Unas de las conclusiones más bonitas y profundas a las que llegamos es que cuanto más conoces la realidad que tienes enfrente más compromiso eres capaz de asumir con ella. 

Fue una sesión de dos horas llena de contenido que pudimos disfrutar gracias a las ganas y la ilusión que con estas edades presentan ante el caballo (niños y niñas de 6 a 10 años).

Estoy segura que repetiremos la experiencia. Es una filosofía que iremos adaptando a dinámicas para personas de diferentes edades ya que se aprende mucho y bien al combinar teoría con práctica vivencial. 

Fue una tarde muy especial para mí, y hablando por los participantes muy reveladora y que no creo que olviden con facilidad. Trabajamos con Tordillo, que es un caballo que ellos nunca han montado ni que se plantearían, hasta el momento, que obedecería ante su presencia, pero que si lo hizo cuando ellos entendieron cómo debían relacionarse con él para que él los comprendiera.

Por mi parte queda dar las gracias a esos padres que confiaron en mis mañas con el asunto que nos ocupaba, y por supuesto, a La Hípica por permitirme volar.






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