lunes, 23 de diciembre de 2019

CAMBIAR DE CABALLO. FILOSOFANDO SOBRE LA TÉCNICA



Los cambios, qué difícil aceptarlos..

Ahora que se acaba el año y que, quien más y quien menos, hacemos balance de lo vivido y nos ponemos nuevos retos y nos prometemos nuevos hábitos, nos ha parecido oportuno hablar de los cambios.

A menudo, en las clases deequitación, proponemos a los alumnos y alumnas cambiar de caballo. Al principio, en La Hípica, se cambia mucho para poder generalizar la técnica. Pero, pasado un tiempo de práctica ecuestre, se cambia menos de caballo, y es cuando comienzan los posibles conflictos. Nuestra decisión de seguir proponiendo cambio de caballo, aun cuando ya se tiene cierto nivel y preferencias claras, es porque aumenta la posibilidad de aprender más y diferentes aspectos de la equitación, en general.



El conflicto mayor que genera el cambio de caballo es porque la persona que va a montar considera que ya sabe más equitación que lo que el caballo en cuestión, va a enseñarle. Como si estuviera por encima. A veces, también, es por pereza o por miedo, pero estas razones, en esta ocasión, no vamos a trabajarlas aquí, por ser, en número, minoría.
Lo que queremos compartir hoy es esa soberbia, ese desprecio y ese mal entendido proceso de aprendizaje y amor hacia los caballos y la equitación. Todo caballo tiene algo que enseñarnos. Todo caballo merece nuestro máximo respeto. A todo jinete/amazona le queda mucho por aprender y vivir con cualquier caballo.

Dejarse asombrar, darse la oportunidad de descubrir, aceptar que somos todos y todo susceptible de enseñar y aprender, es lo que va a hacer que seamos personas abiertas, curiosas, interesantes, seguras, respetuosas, ¡felices! ¿No es lo que queremos para nuestros niños y niñas? ¿No es lo que queremos para cada persona? Por ello, es fundamental crear, aunque sean, micro-experiencias de esto, de renuncia a la jerarquía competitiva por ser el/la mejor (¿mejor en qué?). Desde nuestra parcelita: las clases de equitación, abogamos por ello. Y es por ello, que practicamos el cambio constante porque así es el mundo donde vivimos: dinámico, complejo, cambiante, y animamos y formamos, a quien pasa por nuestras clases, a aceptarlo desde la humildad. Cambiamos de caballo, cambiamos de escenarios donde montar, cambiamos la dinámica de las clases, cambiamos los equipos, variamos las actividades..

Todo cambio se realiza por la convicción de que se va a ir a mejor, lo tenemos claro, no queremos que se nos malentienda, a lo que apuntamos es a qué mejor nos queremos acercar. Nosotros a ese “mejor” que nos enseñan los caballos: vivir en manada, generar movimientos de protección y seguridad, fortalecer lazos, hacernos más intuitivos y sensibles, crecer en la diversidad, el respeto ,el amor, el compromiso y la responsabilidad. Desde ahí, los cambios son bonitos, se viven como una nueva oportunidad, y nos hacen crecer humanamente.



Muchas gracias y ¡Feliz 2020!


Recordamos que si quiere conocer nuestras clases y nuestros distintos servicios puede ponerse en contacto con  nosotros.


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